Ah! la vida que
nos unió en el amor,
al fin descifró…
…
Eternos, más que
dos corazones con Vos,
todas unidas.
…
Lesbianas somos,
ideas de colores,
sabores de flor.
…
Libres, interior
florecidos entre son,
con las violetas.
…
Arco iris soy
yo, ellas lo reflejan
incandescentes.
…
Sonidos todos
iridiscentes de luz,
capullos tuyos.
Esta obra es la 2° participante en el III Certamen Internacional de Siglemas 575 en Puerto Rico.
Lo supe de una vez.
Al inicio de los números.
Día primogénito.
Génesis de la historia…
Que era un sueño escurridizo
como la aciaga neblina
que cubría mis ojos
de plomo grisáceo.
…
En su momento entrecortado
vi las confundidas aves
volando en desequilibrio,
al azar,
bajo su propia suerte,
sin alas de una pieza,
sin patas para aterrizaje
cuando las soltara
la ráfaga caprichosa.
…
Igual,
me aferré al vacío
como las hojas sin esperanza,
como una loca herida
a sus adherencias que duelen.
…
Aferrada a la nada
en estrías múltiples
que vendaban mis ojos
y amordazaban mi razón,
nadando contra corriente.
…
¿Cuántas veces renuncié?
¿Cuántas me dije:
vas por errado camino,
no sigas adelante?
Estoy en blanco, no recuerdo.
…
Sólo sé la agonía en carne propia
de andar a rastras por el suelo
en busca de los desquebrajes
de este tonto corazón
que se niega a continuar.
Me los encontré muertos
ya no estaban allí
habían desaparecido por completo.
…
Me quedé atónico
y solo supe decir
¡Soy libre!
Se llevaron tu besos
hechos de miel
que sellaban tus labios.
…
Amarga sabe la despedida
decir adiós
y entre sollozos
sentir tu partir.
Me dejé arrastrar
bajo un velo disfrazado de amor.
Esas palabras fecundas
que lo ciñen todo
y que como ávidos escarabajos
se adentran bajo tierra…
la tierra mojada y suave
de mis deseos sedientos.
…
Y me fui ahogando
en la espera de una señal.
Mas llegaba en intermitencias
confundida
ficticia
superflua…
aunque a veces olía tan veraz.
…
Y anduve ebria un tiempo
flotando en vapores
de perfumadas azaleas.
Visitaban las mariposas mis jardines
aleteando erráticas
y en su inquieta danza
se confundían con las mías,
las que traviesas jugaban
bajo mi ombligo y mi vientre.
…
Y cayó de ras asestando su golpe
como navaja punzante…
Era,
que otra golondrina
aleteaba en sus nubes de azúcar.
Que hambriento bebía
la miel de sus colmenares.
Yo, su pasatiempo a fuego bajito
en el quemador de atrás
-por cualquier cosa-.
…
Cruel es la desesperanza.
Por un engaño duele todo,
hasta el núcleo de las vértebras.
El desahucio deshilacha las entrañas.
Sangra el sueño…
…
Cayeron las mariposas,
tristemente.
Un día las vi a mi alrededor
pálidas
sin vida
con sus alas secas.
…
Yo…
con dignidad la puerta le abrí.
Sin más ni menos.
Sin dramas.
Sin escenas…
para que bata feliz sus ansias
y vuele libre
a su antojado albedrío.
Quise saciar cada poro de tu piel
con el néctar decomisado en la frontera de otros cuerpos;
hilvanar con saliva el velo traslúcido de una mentira
y en los confines de tu vientre,
enarbolar la bandera de un destierro en tus caderas.
Me hablaste de un averno de recuerdos
en el instante preciso del derrame de mi hombría
en la estepa deshabitada de tus miedos.
Hay vestigios de ceniza en un intersticio de mi sexo,
apenas una cortina de humo recorriendo el pubis
de una pasión que fue herida entre tus muslos.
…
No hubo más tormentas aquella noche.