En la yema de sus pulgares
en la piel de su cintura
en la comisura de su sonrisa
en las sombras de sus silencios
…
en los pórticos de la tristeza
en los suburbios del recelo
en las cicatrices de las prisas
en el ascensor del tiempo
…
en la memoria de la turbación
en los remembranzas de la rutina
en los preludios del aura de otoño
en los chaflanes de las estrías del ayer
…
en la afonía de un poema impreciso
en la singular ausencia de esperas
en la múltiple eufonía de la soledad
en la tonadilla taciturna del olvido
…
en unas cuantas letras inhibidas
en los conatos ingratos del destino
en las gotas de rocío en la mirada
en los versos proscritos de su cuerpo
…
en tantos lugares sin heredero…
… se bosquejan leyendas y vidas
Era nieve lo que sonaba al verte
un silencio suavemente volando
alrededor de tanta vida
y “soles naufragando a escondidas”
según te presentaba la tarde
y sonaba a nieve, ardiente y rusa
y más y más silencio como un prado
recien hecho con la hierba de un valle
resplandeciente y también sonando
y desaparecias estando y te ibas
y volvías sin haberte ido
eran cosas de tus ojos tan de lluvia
mirando el mundo según se hace
a cada instante tu mirando
y así caímos en la cuenta como alicias:
hacia una eternidad que te escuchabamos
y era una voz que desde antes sin peces
nos hilvanaba a la melancolía más salvaje
que de tanta nieve arde siempre
en el silencio más tierno o conocerte.
En su piel
hibernan los inciensos
de mis caricias.
…
En cada poro
de su talle
un sueño.
…
En cada brote
de sus sentidos
un cogollo
de mis roces.
…
En su mirada
residen mis ojos
agazapados en su pupila
…
En su pituitaria
el sabor de mis abrazos.
…
En sus dedos
la estela de mis besos.
…
En su corazón
una estría de ternura,
una sutura de cariño
y borbotones
de su existencia
en mis venas.
Vi tus manos tocar las cuerdas
mientras las teclas del piano sonaban,
vi tu clara tez mirar
mientras tus ojos penetraban la puerta.
…
Escuché tu voz llamarme
mientras mis oídos palpitaban tu corazón
y ahora que desconozco tu nombre,
te veo mía.
…
Quiero amarte
antes de las doce de la noche
quiero conocerte
antes de que seamos viejos,
rozar tu sonrisa
con esa bondad que te rodea
quiero quererte
sobre las cuatro ruedas que compartes.
…
Se que tengo poco
pero puedo ofrecerte un todo
que será suficiente para que tu y yo
nos amemos lentamente hasta el amanecer.
Sigo sin conocer tu nombre
que me atesora
un sortilegio de palabras
gran desconocida;
Tan solo te veo entrar y salir
sin un roce de palabras
que llamen mi ser.
…
Por ello me siento vacío, extraño
sin saber nada de ti
y caigo en la redundancia de escribirte,
una vez más.
En medio de escombros nace la luna llena
observando el horror enmascara su pena
para librar su ira decide ser sirena
pues, con su bello rostro da vida al rey arena.
…
Despueacute;s se sumerge en el fondo del mar
pensando en la forma de poder castigar
a locos autócratas que matan sin pesar;
con un gesto de furia, los va a liquidar,
…
¡por perturbar la calma a un país inocente!
provocando la muerte de todo ser viviente.
¡Hastiada de conflictos! y con rostro sonriente
usa su plan macabro y ataca sutilmente.
…
En burbujas muy negras, en eso se convierte
opacando al cielo, lo doma a su suerte;
¡por fin!, de los rebeldes lograrás deshacerte
donde el océano ataca tenazmente.
…
La voz de los vientos los culpa por terror
siendo ahogados, para ellos no hay clamor;
una dama pálida los mira sin dolor
por sus malvados hechos pagaron sin pavor.
…
Soledad, paz, silencio. Se acabó el siniestro
¡la mujer de burbuja! ultimó con secuestros
volviendo a ser luna, reposa sin complejos
ya que no es culpable de cumplir su plan diestro.
…
A Siria.