O souto agarda baixo sol ou chuvia,
espíndose tras dúas estacións,
deixa caer as follas riba do esterco fúnxico
que florece na terra
e as danzas polonesas de Chopin
que o silencio executa no teclado
disposto polo aire
fan desa follagada
o baile de salón.
…
O souto é o salón que cobre a nube
protexéndoo da chuvia
se o vento é favorable
ou o sitio onde chove en dúas farvenzas…
e os espellos da auga que se estanca
na cunca remolida das súas follas
róuballe a luz ao día para o pintor que soña
escalas de amarelo,
para o poeta que acha
metáforas de vida en cada outono.
…
Íspese a psique do seu ruido íntimo
e sacódese os pés do póo do asfalto
coas follas voandeiras
que saen desde o souto a recibirnos
e a marcar o carreiro
dese encontro profundo no que o tempo
se amosa iridiscente nos seus cambios.
…
E as idades están todas no souto.
A infancia
xogando á escondedela cos ananos.
A adolescencia
movéndose en glisando como a cobra.
A xuventude
aprofundando amores recén nados.
A madurez
movendo nos recordos desgranados.
A ancianidade
intentado guiar as emocións.
…
Pero non está a morte.
Porque o souto
é sempre a alegoría do regreso
do canto dos paxaros.
El soto aguarda bajo sol o lluvia,
se desnuda despacio tras de dos estaciones,
deja caer sus hojas sobre el estiércol fúngico
que florece en la tierra
y las danzas polonesas de Chopin
que el silencio ejecuta en el teclado
dispuesto por el aire
hacen de la hojarrasca
su baile de salón.
…
El soto es el salón donde la nube
proteje de la lluvia
si el viento es favorable
o el lugar donde llueve en dos cascadas
y el espejo del agua que se estanca
en el cuenco acolchado de las hojas
roba la luz del día para el pintor que sueña
escalas de amarillo
o el poeta que busca
metáforas de vida en cada otoño.
…
Se despoja la psique de su ruído íntimo
y los pies se sacuden el asfalto
con hojas volanderas
que salen desde el soto a recibirnos
y a marcarnos la senda
del encuentro profundo donde el tiempo
se muestra iridiscente en sus vaivenes.
…
Y todas las edades en el soto.
La infancia
jugando al escondite con los gnomos.
La adolescencia
moviéndose en glisando cual serpiente.
La juventud
profundizando amores ya nacidos.
La madurez
moviendo los recuerdos desgranados.
La ancianidad
intentando guiar las emociones.
…
Pero no está la muerte.
Porque el soto
es siempre alegoría del regreso
del canto de los pájaros.
(Perteneciente a la colección MRA)
…
Un dos tres días
corrimos al viento
surcando océanos de hielo
perennes,
vestimos el deseo con las manos
dibujando la luna.
…
Sin ti no hubiese sido posible
sin vosotros, menos
pero llegamos a los 400.
…
¿Cuántos más para el 2013?
(Fin de la colección MRA)
…
Ebrio de amor los tiempos corrieron
y en los cambios me mentiste,
te rodearon de hombres
que siguieron tu camino
dispar al mío,
y nos separamos…
…
En la lejanía el horizonte divisó
cien fuegos cabalgando
al verte.
…
Uno tras otro me enseñaron a no sentir
no amar, no disfrutar de tu sentido
y emigré en una maleta
que aterrizó con prisa…
Duermen la voz
ante la
noticia,
columnas escritas en
inglés con
notas musicales a
gritos.
…
Introducen más
noticias,
temas de culto para la
historia naciente en
estatuas de
mortuorias palabras.
…
Obligaciones de dar;
Obligaciones de obedecer;
Nuevas que se consumirán.
Transparentes líneas
hilvanan la madeja sumergida,
latente pasión de tus labios sellados
rojos,
llenos.
…
Mareas de ojos encendidos
montañas
cumbres
y un sin fin de curvas
sobre tableros de ajedrez,
hábitat de torres caminantes
cruces con sombras
y desenlaces.